Testimoniales

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Maria Consol
Kadamdharma es la puerta de entrada a la liberación de las cadenas mentales que yo misma me construyo. Significa derribar los muros de la prisión interna que obstruyen mi potencial y mis deseos. Es la promesa de cambiar esa narrativa de mí misma que no lleva a ninguna parte. Es el valor de ser honesta y reconocer que tengo trabajo que hacer en lugar de culpar a los demás o a mis circunstancias. Es el poder mágico de transformar las dificultades en caminos increíbles, amor y compasión. Protegida e inspirada por la fe inamovible en mi Gurú raíz y las bendiciones de los maestros del linaje. Que todos los seres tengan la misma fortuna.


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David Marin
Antes de conocer a Kadam Dharma, estaba plagado de deseos incontrolados. Sentí que necesitaba cambiar, pero no pensé que pudiera. Me identifiqué como alguien que no podía cambiar y también pensé que si tenía una pareja perfecta sería feliz, pero a cada vez que lograba el objeto de mis deseos, terminaba miserable.
Probé diferentes caminos religiosos, e incluso diferentes tipos de budismo, pero nada pareció satisfacerme. Pocos años después de conocer a mi futura esposa, o hace unos 14 años, supe que ella estaba participando en clases de budismo y me llevó a ver a sus maestros, Sana y Papo Nickel. Me encantó la forma en que vivían y fue entonces cuando conocí los libros de Geshe Kelsang.
Agarré uno y quedé hipnotizado por la claridad de las enseñanzas. Fue entonces cuando decidí que mi camino era el Budismo Kadampa.
Uno de los libros que más me ayudó fue Ocho Pasos Hacia la Felicidad. Me di cuenta de que si quería cambiar necesitaba cambiar mi mente egocéntrica y apreciar a los demás como apreciaba este yo que percibía y sigo practicando todos los días.
Alexandra Bonano
Uno de mis primeros maestros de meditación Budista Kadampa era de ascendencia puertorriqueña. Como mujer de ascendencia puertorriqueña, tener una maestra que entendiera mi trasfondo cultural fue muy importante. Inmediatamente me sentí parte de la comunidad. Las clases de meditación budista (enseñanzas del Dharma) son siempre muy claras y prácticas. Llegué a amar a todos los maestros y clases de meditación Budista del centro. Esperaba con entusiasmo ir a retiros de meditación, cursos y clases semanales. En mi práctica de Dharma, aprendí a identificar mis mentes negativas como la ira, los celos, el orgullo y aprendí a entrenar en las mentes del amor, la compasión y la aceptación de la paciencia. También aprendí las oraciones cantadas budistas que me ayudaron a conectarme con las mentes hermosas y poderosas del refugio y la fe. Estoy muy agradecido por tener Dharma en mi vida. ¡Estas enseñanzas son para todos!
